martes, 28 de abril de 2015

Para hablar de la escuela de hoy... y de las TICs por supuesto

Estimad@s:
Me ha parecido pertinente iniciar estos diálogos con parte de un artículo de Cristina Corea, autora de un texto cuya lectura es altamente recomendable que se llama "Pedagogía del Aburrido". El nombre es por demás insinuante para nombrar los tiempos actuales en las aulas.

El texto de Cristina Corea se titula "ADD: ¿Un rasgo de la subjetividad instituida?" y fue escrito en el año 1999. Si bien el abordaje principal refiere a un déficit atencional de alumnos, la parte que les copio debajo, me pareció por demás pertinente para iniciar diálogos cuya temática principal sea la de conversar (y no de opinar) sobre lo que nos pasa en la educación de este tiempo.

"Tengo que leer un libro escolar o universitario. Estoy obligado a subrayarlo, a identificar ideas principales, a relacionar las ideas de ese libro con otro, a realizar una ficha bibliográfica, a ubicarlo en el conjunto de una bibliografía, en el interior del programa de la materia, a producir un resumen, a contestar consignas; he de someterme incluso a un ritual llamado examen en que se me evaluará en el desempeño de todas las operaciones anteriores: soy una subjetividad pedagógica. El conjunto de esas operaciones, que el sujeto realiza a través de un sinnúmero de prácticas es lo que instituye la subjetividad. Está claro que todas las operaciones mencionadas requieren de la memoria; que la memoria es una condición esencial para llevarlas a cabo. Y que la memoria se instituye también como efecto de las prácticas pedagógicas: el control de lectura, el examen, la escritura, son prácticas que, alentadas desde la escuela o la universidad, tienen como fin la institución de la memoria como una de las condiciones materiales básicas para el ejercicio de las operaciones que requiere el discurso pedagógico. Pero no sólo eso: el discurso requiere también que se esté concentrado: esto, en términos prácticos, significa: sentado en un solo lugar, sin moverme. En lo posible sentado/a (de lo contrario no puedo ni subrayar ni escribir, ni tomar notas); alejado de otros estímulos: concentrarme significa estar en una relación de intimidad con mi conciencia, si leo, escucho mi voz, que es como escuchar mi pensamiento, si es-cribo, veo mi letra, que es como leer mi pensamiento, si pienso, o razono (por ejemplo una con-signa) sólo tengo que escuchar mi propia voz, o la voz del texto, con la que entro entonces en diálogo. Pero siempre concentrada: es decir, centrada toda en un punto, alejada de cualquier estímulo que interfiera esa relación de intimidad (y de interioridad) que establezco con mi conciencia para pensar. Al respecto, resulta es ilustrativa la expresión del estudiante atribulado: “no me entra; no me entra”. Todo lo cual habla de una correlación entre memoria, atención y pensamiento en un espacio interior.

Miro la tele: tengo que estar lo más olvidada posible. En lo posible tirada. En lo posible, haciendo otra cosa. Nadie mira tele mirando concentrado la pantalla. Eso no existe. Cuando apareció el control remoto, la abuela de un amigo mío, que no se había enterado de qué se trataba, decía que ahora los programas venían mucho más cortos, sin advertir que mi amigo le estaba dando como loco al zapping. Frente a la interioridad y a la concentración, requeridas por el discurso pedagógico, el discurso mediático (TV, radio, diario) requiere exterioridad y descentramiento: recibo información que no llego a interiorizar –la prueba es que al minuto de haber hecho zapping no recuerdo lo que ví- y debo estar sometido a la mayor diversidad de estímulos posibles: visuales, auditivos, táctiles, gustativos. Estoy mirando tele y estoy haciendo a la vez otra cosa: comiendo, tomando mate, coca o cerveza, tejiendo, jugando, estudiando, etc. Lo más radical en todo esto es lo más obvio: no miro un programa, miro la tele, veo el zapping, es decir, la serie infinita de imágenes que se sustituyen unas a otras sin resto ante mis ojos.

Tesis: el discurso mediático no instituye memoria: ningún estimulo actual requiere del anterior para ser decodificado. La concentración no es una condición material requerida por el discurso.

Entro a un shopping, a un bar, incluso a la sala de espera del médico o del odontólogo: una pantalla (una por lo menos) sale a capturar mi mirada, o la FM se mete en mis oídos. Salgo, tomo un taxi: de nuevo la FM (o la AM, o a lo mejor tengo suerte y el tachero me habla de lo que vio anoche en Grondona). Todo huele, todo suena, todo brilla, todo, todo, significa. La subjetividad socialmente instituida está saturada de estímulos; la desatención es el modo pertinente de relación con el discurso: una subjetividad sobresaturada de signos. La desatención (o desconcentración) es un efecto de la hiperestimulación: no hay sentido que quede libre: no tengo más atención que prestar.

Tesis: la subjetividad contemporánea se caracteriza por un predominio de la percepción sobre la conciencia." (Corea, 1999)

3 comentarios:

  1. Posteo N° 1
    En referencia a la globalización que se experimenta en las sociedades de esta época, Bauman que es un autor de referencia indiscutido y en relación a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) uno de los más destacados pensadores de esta época es Bateson.
    En ambos se leen dos posturas tanto la de Bauman en cuanto al mundo líquido nos dice que “la cultura líquida moderna ya no se siente que es una cultura de aprendizaje y acumulación, como las culturas registradas en los informes de historiadores y etnógrafos. A cambio, se nos aparece como una cultura del desapego, de la discontinuidad y del olvido”. Referente a que cada vez que creemos que hemos conocido el mundo en realidad eso ya paso, y nos toca de nuevo volver a intentar conocerlo.
    Y Bateson nos habla de su tercer nivel de educación referido a “enseñar unas aptitudes que permitan desmembrar y volver a organizar el marco cognitivo predominante o bien rechazarlo por completo sin sustituirlo por un reemplazo”
    Desde mi perspectiva estas dos posturas no están muy alejadas la una de la otra, más bien se focalizan hacia una misma idea de base. No obstante, podría expresar una diferenciación en el objetivo de cada autor, ya que uno describe un mundo complejo y dinámico en que vivimos y el otro hará lo mismo pero recortándolo a la educación.
    En definitiva la escuela y el mundo que la contiene evidencian una fuerte coincidencia en que ambos autores expresan que estamos en una sociedad de constante cambio.
    Fuente: Carneiro, Roberto y otros. Los desafíos de las TICs para el cambio educativo
    Zygmun Bauman. Vida Líquida
    Publicado por: Helen Daniela Cruz

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  2. Posteo N° 2
    ¿Impacta la Sociedad de la Información?
    La Sociedad de la Información impacta en todas las esferas de nuestra vida, y como lo propuso años atrás la Comisión Europea, diciendo que estás traerían consecuencias en tres niveles, el económico, social y político. Hoy podemos decir que tenían razón en este aspecto y vemos como a través de la historia estos tres niveles se ven impactados grandemente. Haciendo un recuento históricamente de cada nivel podemos decir que en el primer nivel lo económico, se empieza a expandir el mercado, la exportación y la productividad, y con ello el crecimiento de muchas empresas pero también la perdida de otras mucho más pequeñas que no estaban capacitadas para competir con el mundo.
    En el segundo nivel lo social, da un acceso más directo a las fuentes de conocimiento, pero también debido al cierre de las empresas pequeñas muchas personas se quedan sin empleo y causa la migración a las ciudades grandes, generando pobrezas para unos y riquezas para otros.
    Y en el último nivel lo político, crea oportunidades de participación, conexión con otros países y convenios. Si bien podríamos seguir una larga lista de las cosas en las que nos afecta la Sociedad de la Información y no acabaríamos sin podernos decidir si fue más el daño o el bien que han hecho, por eso, solo nos referimos a que sea cual sea el impacto que estas causen en las esferas de nuestra vida, están inmersas en nuestra sociedad y debemos aprender a convivir con ellas.
    Autora: Helen Daniela Cruz

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  3. El boom de la Información
    Proyecto socio cultural que comienza a partir de la década de los setenta, conocido como Sociedad de la Información, se desarrolla en el contexto de algunos países económicamente desarrollados.
    La Sociedad de la Información significó el “desarrollo económico que ofrece la informática, hasta entonces reservada exclusivamente a usos militares, científicos e institucionales, reducción del costo y del tiempo necesario para almacenar procesar y trasmitir la información.” CE 1996.
    No obstante que estos procesos se inician en la segunda mitad del siglo pasado, hay antecedentes que lo remontan años anteriores.
    Hace más de 50 años el matemático estadounidense Robert Wiener predecía con mucho acierto una sociedad de la información, “cuya base organizativa, imaginaba, era la circulación sin trabas de la información a la que consideraba como una nueva materia prima.”
    Por otro lado el investigador japonés Yonedi Masuda también mencionaba en su obra “computopia 1966 sobre una emergente sociedad de la información que ofrecía nuevos conceptos de libertad e igualdad y florecería la creatividad cognoscitiva individual;” “englobando la libertad de decisión y la igualdad de oportunidades (…) la futura sociedad sin clases libre de un poder dominante y cuyo núcleo social serían las comunidades voluntarias.”
    Haciendo mención lo dicho por este autor, creo que si bien gracias al avance tecnológico hemos superado muchas barreras mejorando la calidad de vida, el desarrollo de la mayor parte de la sociedad estamos muy lejos del sueño de una sociedad del conocimiento global en donde todos los pueblos tengan la libertad de decisiones y la igualdad de oportunidades. En este sentido creo que especialmente las sociedades de los países subdesarrollados estamos muy alejados de los conceptos propuestos por la Sociedad de la Información.
    Esta de clase de sociedad sigue siendo una sociedad utópica debido a que todavía podemos expresar sin temor a equivocarnos que en muchos países no existe la libertad de decisión en sus gobiernos y muchas personas todavía están fuera de la red mundial de comunicaciones. Otra problemática se evidencia en el poder dominante que tienen los países desarrollados, que opacan las decisiones de los pueblos más humildes y el costo de esa tan anhelada sociedad de la información es demasiada alta para podernos desarrollar con libertad e igualdad.
    Enrique Argañaraz

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